JavaScript se consideró durante mucho tiempo como un elemento accesorio en la creación de sitios web. Sin embargo, desde la aparición de AJAX y la Web 2.0, la importancia de JavaScript en las aplicaciones web ha crecido exponencialmente. La mejor muestra de esta importancia es la integración de los motores JavaScript en los navegadores actuales y la aparición de las API JavaScript en HTML5.
Las evoluciones de JavaScript, que han pasado de la versión 1.1 a la 1.8, han hecho de JavaScript un lenguaje de programación cada vez más potente y, al mismo tiempo, más complejo. Han aparecido frameworks de JavaScript para facilitar la integración en las aplicaciones web y el aumento de la productividad del desarrollo.
Desde el comienzo de la Web, JavaScript ha sido un compañero privilegiado en el diseño de páginas HTML gracias a la interactividad que permitía añadir a estas páginas. Pero su presencia e influencia permanecieron mucho tiempo limitadas, debido sobre todo a las dificultades para construir scripts verdaderamente compatibles con los diferentes navegadores de la época.
El DOM, que permite al diseñador acceder a cada uno de los elementos de la página, ha relanzado el JavaScript. Pero hay que admitir que el acceso de padres a hijos y a otros hermanos no siempre es sencillo. En otras palabras, una simple modificación implica normalmente una reescritura completa del código. La librería de jQuery remedia en gran medida estos inconvenientes, gracias a sus numerosos selectores (consulte el capítulo Los selectores en jQuery) y métodos específicos para recorrer y manejar los elementos del DOM.
